Con cuidado para que no se le cayeran los alfileres, continuó con el pulso firme hasta la última costura. La boca ya estaba lista, así que ahora daba lo mismo si se despertaba. Le sería imposible gritar.
Ilustración por Catalina Fuentes
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Gracias por comentar en mi blog. Como soy un ratón educado te devuelvo la visita.
Mi comentario es: tendría que haber sastres de estos para los políticos mentirosos.
Mira las casualidades del destino; nunca hubiera imaginado que un ratón bloguero leería uno de mis microcuentos.
Gracias por la visita y el comentario, lo aprecio mucho.
¡Muy bueno! 😉
Muchas gracias, Tavilac. Me alegra que te guste.
Un abrazo.
Me gustaría poder enhebrar una aguja en ocasiones y poder coser bocas con “lenguas viperinas”, no es que yo sea santa, pero hay quienes necesitan tal maniobra… Ups, Dan, disculpa mi arrebato.
Me gustó mucho tu Sastre.
Espero tengas una excelente noche
Hola, Viviana.
Pierde cuidado, yo tengo varios arrebatos de ese tipo en el día. Será que estoy un poco loco.
Me alegra que te guste este micro.
Nos estamos leyendo.
Excelente relato. Conciso, al hueso.
¡Saludos!
Bienvenido, mi viejo.
Gracias por tu visita y comentario.
Saludos.