Con cuidado para que no se le cayeran los alfileres, continuó con el pulso firme hasta la última costura. La boca ya estaba lista, así que ahora daba lo mismo si se despertaba. Le sería imposible gritar.
Ilustración por Catalina Fuentes
Con cuidado para que no se le cayeran los alfileres, continuó con el pulso firme hasta la última costura. La boca ya estaba lista, así que ahora daba lo mismo si se despertaba. Le sería imposible gritar.
Ilustración por Catalina Fuentes